Nací en el 45, y desde siempre me ha gustado pintar, aunque la vida me ha llevado por otros caminos y no he empezado a hacerlo hasta hace cinco años más o menos. El caso es que cuando más disfruto es pintando lo que sea.
He pasado la mayor parte de la vida en Andalucía entre Córdoba y Cadiz y siempre me ha maravillado la claridad y fuerza de los colores, que imprimen el carácter andaluz. Ahora vivo en Alicante y en cuanto a colorido y luz no tienen nada que envidiar a Andalucía por lo que estoy como en casa.
Una cosa que debo agradecer a la pintura es que me ha enseñado a mirar, y cuando se mira la naturaleza con ojos de pintor (aunque sea novato como yo) se enriquece la visión de forma portentosa, y con ello el espíritu.